Os dejo con la segunda parte de mi odisea en busca del Empire State Building. A veces un reto parece que se vuelve sencillo una vez lo tienes cerca, pero una vez estás allí y ves que no avanzas, los nervios pueden empezar a florecer. Especialmente cuando vas con más personas a una ciudad y tanto el resto del grupo, como el clima, tienen planeado algo distinto.

¡Sed felices!

JPelirrojo

Este fin de semana fui por primera vez en mi vida a Nueva York. Desde hace muchísimo tiempo siempre he tenido algo especial con esa ciudad a pesar de que aun no la conocía. De algún modo sentía la necesidad de ir allí y conocerla a fondo. Perderme en sus calles, beber cerveza con amigos en algún bar a las dos de la mañana… Sentirme un ciudadano más de, especialmente, el barrio de Manhattan. Los rascacielos llevaban años pidiéndome a gritos que fuese a conocerlos. El pasado fin de semana, celebrando mis veinticuatro años cumplidos el mismo sábado catorce, por fin tuve la oportunidad. No solo de conocer la ciudad, si no de hacerlo como siempre había querido: A mi modo.

Realmente me emocionó descubrir que Nueva York no es como que esperaba. Es mucho mejor. A pesar de haberme hospedado en Brooklyn, debido a la falta de tiempo (solo estuve un fin de semana), a penas pasé tiempo en otro sitio que no fuese Manhattan. No obstante siempre ha sido la parte que más me ha atraído. En futuros viajes ya visitaré más barrios más detenidamente, pero en este tenía que centrarme en la pequeña isla, desde Central Park hasta el sur. Sinceramente, tengo que destacar dos cosas. La primera es que Nueva York no cabe en fotos. Olvida todo lo que hayas visto. Las dimensiones, las luces… Nueva York no se puede capturar en fotos ni en videos: Tienes que verlo con tus propios ojos. La segunda es que pensé que vería la típica ciudad de las películas… Y no me equivoqué. Pero, curiosamente, la película que no paraba de venir a mi cabeza era Batman. Nueva York es la viva imagen de la ciudad de Gotham. Llamadme friki pero no sabría ni describir como me hizo sentir esa ciudad. Ni siquiera sabía que una ciudad te pudiese hacer sentir de esa manera. Era como si la propia ciudad interactuase conmigo…

Por último os diré que, aprovechando mi estancia ahí, me vi obligado a cumplir (o al menos intentar) otra de las cosas de mi lista de “Cosas que hacer antes de morir”: Subir lo más alto que se puede del Empire State Building. Sé que sonará raro, pero llevo años soñando con ese edificio. Literalmente. He tenido sueños en los que estaba en Nueva York y por mucho que lo veía de lejos no conseguía acercarme a él. De algún modo, era como un objetivo que se escabullía. Curioso como los sueños pueden asemejarse a la realidad de algún modo. Y bueno, sin más os dejo con un video. Es una primera parte, pronto subiré la continuación.

¡Sed felices!

JPelirrojo